Hacer compras en la ciudad paraguaya de
Encarnación se ha vuelto una opción válida para los pobladores de la vecina
ciudad argentina de Posadas, desde que la devaluación de su moneda les permite
obtener mejores precios a este lado de la frontera. Realidad cambiante: Hasta
hace poco tiempo éramos los paraguayos los que formábamos largas colas para ir
a hacer compras a la Argentina. En las filas del lado paraguayo puede ocurrir
de todo, tal como lo narramos en esta crónica.
Por Marcos Fernández Correa
Desde
que se desató la fiebre de compras en el lado paraguayo para los ciudadanos
argentinos, en las largas colas que se forman para cruzar el Puente San Roque
González de Santa Cruz, que une a las ciudades de Encarnación y Posadas, ocurren
mil y una historias, provocadas por las trabas burocráticas impuestas principalmente
por las autoridades fronterizas argentinas. Es en estos casos cuando se
comprueba que el espíritu de integración del que se habla en el Tratado del
Mercosur continúa solamente en el papel.
Conozcamos
una de estas simpáticas historias:
Silvia
Ferreyra es locutora nacional en la ciudad de Posadas, quien también ejerce la
labor de docente en Encarnación y por tanto debe cruzar a cada tanto el puente
que une a nuestras dos ciudades y a nuestros dos países.
A ella
le tocó esperar toda una noche y parte de la mañana siguiente a bordo de su automóvil,
esperando pacientemente en la cola, según nos cuenta.
Era las
22:00 de un día martes cuando Silvia salió de la Universidad en la cual imparte
clases, en Encarnación.
Así lo
cuenta ella:
-Subí al auto. Al llegar cerca de la aduana
vi la interminable fila de vehículos, pensé que era normal, pero al pasar los
autos, me daba cuenta que nunca llegaba destino. Rodeé un barrio totalmente
desconocido para mí, ya que fue la primera vez que lo viví.
De esa
forma corrían las horas de la noche y la madrugada, y la interminable espera se
hacía cada vez peor. Ella tenía muchas
ganas de ir al baño, pero no lo podía hacer, ya que en la zona en que esperaba
no había siquiera uno de esos baños químicos portátiles. Ella tuvo que
improvisar dentro de su vehículo:
-Ya eran las 6:40 de la mañana y yo seguía
en el mismo lugar. Con la depuración en mi me dieron ganas de ir al baño, pero
al mirar por la ventana, vi que ni siquiera habían puesto un miserable baño químico,
así que tuve que orinar en el termo que traía
conmigo para tomar el mate. Para concluir, finalmente logré pasar a las 7:00 am
e irme directo al laburo.
Así
como generalmente se dice que hay personas “que viven en un termo”, haciendo
alusión a que no se enteran de muchas cosas, las colas del Puente San Roque
obligan directamente a las personas atrapadas en la congestión a “hacer pipí en
un termo”.
En el
caso de la locutora y docente Silvia, aunque ella no viene a Encarnación a
hacer compras y afectar a la economía de su país, sino a compartir sus
conocimientos a través de la docencia, igual ha debido sufrir el calvario que
viven muchos de sus compatriotas, en el intento de cruzar el puente.
Como
pocas veces se ha visto, hubo ocasiones en que la fila de automóviles esperando
el cruce prácticamente se extendía de un extremo a otro de los límites físicos
del centro urbano de Encarnación, desde la zona aduanera del puente San Roque
hasta el sector del puente Quiteria sobre el arroyo Mboi Kae, en una extensión
que abarca aproximadamente unas 50 cuadras.
Durante
esa larga fila e interminable espera se han visto pintorescas escenas, como al
intendente encarnaceno Luis Yd repartiendo chipas a los automovilistas que se
encontraban en las colas, hasta gestos de reprochable corrupción, como la
acción de aprovechadores que ofrecían guiar a los choferes más apurados por un
atajo y hacerlos cruzar más rápido, a cambio de una suma de dinero
La larga cola de vehículos esperando sobre la Costanera de Encarnación. Al fondo, el puente. |
Según
los datos extraoficiales reportados bajo la modalidad de TVF producto del control cruzado realizado con
las autoridades migratorias de Argentina, en el Puesto de Control de
Encarnación se dio el flujo de entrada más importante, que alcanzó a unos
82.000 ingresos durante toda la semana, siendo los días martes y miércoles
santo los de mayor flujo (unos 11.000 ingresos diarios, en promedio, durante
esos días). De los extranjeros que ingresaron al país, según estos datos,
aproximadamente el 87% son argentinos.
En el
análisis de esta situación, se puede confirmar que no existe una voluntad política
de las autoridades argentinas de Aduanas y Migraciones de facilitar el paso de
sus conciudadanos para entrar a hacer compras en el Paraguay, probablemente
temiendo que esto afecte aún más a la golpeada economía del vecino país, por
ello ponen muchas trabas burocráticas o habilitan muy pocas cabinas de atención
en el puesto fronterizo, para quitarles las ganas a los ciudadanos que intentan
cruzar. Sin embargo, cuando son los paraguayos los que acuden a hacer compras
en la Argentina, las autoridades paraguayas no ponen muchos impedimentos. Es
decir, no existe reciprocidad a ambos lados de la frontera.
En conclusión,
podemos destacar que el espíritu de integración que se pregona en el Tratado
del Mercado Común del Sur (Mercosur), hasta ahora solo existe en los papeles,
pero no en la realidad cotidiana de la vida de frontera.
Otra imagen de la cola de automovilistas. Para no gastar combustible, muchos empujan sus autos a pulso. |
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