viernes, 26 de agosto de 2016

Los encadenados de Yacyretá: La movilización más larga de Itapúa


Son casi 700 personas que protestan desde hace 4 años frente a la sede de la entidad binacional, esperando que les paguen la indemnización por haber perdido sus casas con el aumento del nivel del río en 2012, para operar la represa. Para muchos ya son como parte del paisaje. La entidad asegura que ya pagó a quienes debía pagar y no hay mucha esperanza de que cobren. Ellos y ellas siguen allí, algunos atados con gruesas cadenas. ¿Cuánto más aguantarán?


Por Alexis Amarilla

Son las 11:30 de la mañana del lunes 22 de agosto. El ambiente está frío, con apenas 12 grados  en la nueva  Encarnación. En el  circuito comercial, como cada mañana, don Salustiano Ramírez está listo para iniciar su doble función del día, la de ser heladero y a la vez un incansable manifestante, quien  forma parte del grupo de casi 700 personas que están apostadas frente las oficina de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que aseguran ser parte de las familias que fueron afectadas por el aumento del nivel las aguas del rio Paraná, para operar la represa hidroeléctrica en 2010.
Para don Salu, como es conocido en su barrio Pradera Alta, la lucha social comenzó en enero del 2012, cuando decidió unirse al grupo de manifestantes y pedir la indemnización como afectado.
Asegura que trabajó durante largos años en la ex Zona Baja de la ciudad y que su domicilio estaba ubicado en el barrio Mboi Ka’e. 
Con sus 58 años de edad, nunca recibió dinero alguno, pero asegura que cada mañana regresará al mismo lugar, esperando cobrar esos 4.500.000 guaraníes que asegura por derecho  le corresponde.

[Vean aquí algunos testimonios en video:]


Esperando, con incansable paciencia

Quizás la historia de don Salustiano sea solo una de las muchas historias que se pueden contar de los “afectados de la EBY”, quienes tienen las mismas ilusiones, pero viven diferentes realidades.
Frente a la oficina de la binacional están doña Carmen, Susana, Rosana, Julieta y Juana, quienes se autodenomina las “Encadenadas por la Justicia” y pasan horas abrazadas a la fría y herrumbrada cadena de acero que las mantiene unidas por la causa.
Doña Adelaida es la más anciana del grupo, con sus 79 años debe viajar casi 12 kilómetros diarios para llegar al lugar de la manifestación.
Refiere que es encarnacena y que la subida del agua al nivel de la cota 80 causo la pérdida de su hogar. Hoy viuda y sin hijos espera con ansias lo que ellas llaman “mi plata”, para quizás vivir una mejor realidad, al menos por un tiempo.
Quizás ellos mismos no lo sepan, pero forman parte de la historia encarnacena, una historia que muchas veces no quiere ser contada. Esa historia que los ha convertido en las personas que mayor tiempo se han manifestado en Itapúa, durante cuatro años en total.
La postura de la EBY está fijada: el gran pacto social se cerró en octubre del 2014, cuando 538 personas fueron beneficiadas con el pago de 4.500.000  guaraníes, y  no piensan pagar más. El documento fue firmado por principal dirigente social, Fabio Montiel, quien aceptó el dinero como fin de la situación social.
Pero el conflicto nunca terminó. Hoy existen más personas, quienes esperan una misma respuesta.
¿Entonces, cuál es la solución?
Mientras existen intereses particulares, no llegaría la solución. El abogado Federico Vergara, director de acción social de la EBY, asegura que la creación de proyectos sociales podría ser una salida viable que alcanzaría a todos. Pero hasta el momento, ni la binacional, ni los dirigentes sociales postularon posibles acciones que propicien un cambio.
Mientras, los encadenados y las encadenadas de la EBY, siguen esperando…

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Alexis Amarilla es reportero del canal encarnaceno Sur, a la vez estudiante concluyendo la carrera de Ciencias de la Comunicación, y además actor de teatro, cada vez que puede y sus múltiples ocupaciones  le permiten. Investigador sagaz, cuando se propone indagar acerca de un tema, es mejor dejarle el campo libre. 

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