martes, 16 de octubre de 2018

“Hacer pipí en un termo”: Las mil y una historias en las colas del puente San Roque



Hacer compras en la ciudad paraguaya de Encarnación se ha vuelto una opción válida para los pobladores de la vecina ciudad argentina de Posadas, desde que la devaluación de su moneda les permite obtener mejores precios a este lado de la frontera. Realidad cambiante: Hasta hace poco tiempo éramos los paraguayos los que formábamos largas colas para ir a hacer compras a la Argentina. En las filas del lado paraguayo puede ocurrir de todo, tal como lo narramos en esta crónica.


Por Marcos Fernández Correa

Desde que se desató la fiebre de compras en el lado paraguayo para los ciudadanos argentinos, en las largas colas que se forman para cruzar el Puente San Roque González de Santa Cruz, que une a las ciudades de Encarnación y Posadas, ocurren mil y una historias, provocadas por las trabas burocráticas impuestas principalmente por las autoridades fronterizas argentinas. Es en estos casos cuando se comprueba que el espíritu de integración del que se habla en el Tratado del Mercosur continúa solamente en el papel.
Conozcamos una de estas simpáticas historias:

Silvia Ferreyra es locutora nacional en la ciudad de Posadas, quien también ejerce la labor de docente en Encarnación y por tanto debe cruzar a cada tanto el puente que une a nuestras dos ciudades y a nuestros dos países.
A ella le tocó esperar toda una noche y parte de la mañana siguiente a bordo de su automóvil, esperando pacientemente en la cola, según nos cuenta.
Era las 22:00 de un día martes cuando Silvia salió de la Universidad en la cual imparte clases, en Encarnación.
Así lo cuenta ella:
-Subí al auto. Al llegar cerca de la aduana vi la interminable fila de vehículos, pensé que era normal, pero al pasar los autos, me daba cuenta que nunca llegaba destino. Rodeé un barrio totalmente desconocido para mí, ya que fue la primera vez que lo viví.
De esa forma corrían las horas de la noche y la madrugada, y la interminable espera se hacía cada vez peor.  Ella tenía muchas ganas de ir al baño, pero no lo podía hacer, ya que en la zona en que esperaba no había siquiera uno de esos baños químicos portátiles. Ella tuvo que improvisar dentro de su vehículo:
-Ya eran las 6:40 de la mañana y yo seguía en el mismo lugar. Con la depuración en mi me dieron ganas de ir al baño, pero al mirar por la ventana, vi que ni siquiera habían puesto un miserable baño químico, así que  tuve que orinar en el termo que traía conmigo para tomar el mate. Para concluir, finalmente logré pasar a las 7:00 am e irme directo al laburo.
Así como generalmente se dice que hay personas “que viven en un termo”, haciendo alusión a que no se enteran de muchas cosas, las colas del Puente San Roque obligan directamente a las personas atrapadas en la congestión a “hacer pipí en un termo”.
En el caso de la locutora y docente Silvia, aunque ella no viene a Encarnación a hacer compras y afectar a la economía de su país, sino a compartir sus conocimientos a través de la docencia, igual ha debido sufrir el calvario que viven muchos de sus compatriotas, en el intento de cruzar el puente.
Como pocas veces se ha visto, hubo ocasiones en que la fila de automóviles esperando el cruce prácticamente se extendía de un extremo a otro de los límites físicos del centro urbano de Encarnación, desde la zona aduanera del puente San Roque hasta el sector del puente Quiteria sobre el arroyo Mboi Kae, en una extensión que abarca aproximadamente unas 50 cuadras.
Durante esa larga fila e interminable espera se han visto pintorescas escenas, como al intendente encarnaceno Luis Yd repartiendo chipas a los automovilistas que se encontraban en las colas, hasta gestos de reprochable corrupción, como la acción de aprovechadores que ofrecían guiar a los choferes más apurados por un atajo y hacerlos cruzar más rápido, a cambio de una suma de dinero

La larga cola de vehículos esperando sobre la Costanera de Encarnación. Al fondo, el puente.
Los datos de la Dirección General de Migraciones del Paraguay apuntan a que en la pasada Semana Santa unas 80.978 personas ingresaron al país.
Según los datos extraoficiales reportados bajo la modalidad de TVF  producto del control cruzado realizado con las autoridades migratorias de Argentina, en el Puesto de Control de Encarnación se dio el flujo de entrada más importante, que alcanzó a unos 82.000 ingresos durante toda la semana, siendo los días martes y miércoles santo los de mayor flujo (unos 11.000 ingresos diarios, en promedio, durante esos días). De los extranjeros que ingresaron al país, según estos datos, aproximadamente el 87% son argentinos.
En el análisis de esta situación, se puede confirmar que no existe una voluntad política de las autoridades argentinas de Aduanas y Migraciones de facilitar el paso de sus conciudadanos para entrar a hacer compras en el Paraguay, probablemente temiendo que esto afecte aún más a la golpeada economía del vecino país, por ello ponen muchas trabas burocráticas o habilitan muy pocas cabinas de atención en el puesto fronterizo, para quitarles las ganas a los ciudadanos que intentan cruzar. Sin embargo, cuando son los paraguayos los que acuden a hacer compras en la Argentina, las autoridades paraguayas no ponen muchos impedimentos. Es decir, no existe reciprocidad a ambos lados de la frontera.
En conclusión, podemos destacar que el espíritu de integración que se pregona en el Tratado del Mercado Común del Sur (Mercosur), hasta ahora solo existe en los papeles, pero no en la realidad cotidiana de la vida de frontera. 


Otra imagen de la cola de automovilistas. Para no gastar combustible, muchos empujan sus autos a pulso.
  

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