viernes, 31 de agosto de 2018

Los Linces en Encarnación: ¿héroes o villanos?


La llegada del grupo de operaciones tácticas motorizadas Lince marcó un antes y un después en cuanto a la seguridad de los encarnacenos. La mayor parte de la población aplaudió de pie esta noticia, pero no todo es color de rosa: también aparecieron denuncias por actuaciones consideradas arbitrarias. El nuevo ministro del Interior les exige que se identifiquen visiblemente, lo cual genera resistencias. ¿Se adaptarán los Linces a la nueva situación política?  

Por Lucas Toledo

Con la frase bíblica del Salmo 23.4 (“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”) sellada en sus uniformes camuflados, agentes del grupo lince de la Policía Nacional recorren las calles de la ciudad de Encarnación desde diciembre de 2017.
La llegada de estos uniformados preparados para combatir a la delincuencia fue aplaudida por casi toda la ciudadanía, que ya se encontraba con las esperanzas perdidas en los efectivos policiales por los constantes asaltos perpetrados por marginales, conocidos comúnmente como “motochorros”.
Apenas 24 horas después de la presentación de estos efectivos que ocultaban sus rostros bajo capuchas y cascos, como parte de un llamativo uniforme con detalles de camuflaje (para para’i), montando flamantes motocicletas de altas cilindradas, ya se daban a conocer los primeros resultados que se redujeron a detenciones de personas que se dedicaban a la venta de drogas al menudeo, también conocidos como “micro-traficantes”.
Los días pasaron y parecía que los nuevos uniformados iban devolviendo a la población la seguridad de caminar con tranquilidad por las calles de la ciudad. Las estadísticas se volvían cada vez más positivas y los delincuentes tenían que pensar dos veces antes de atacar.
La Jefatura de Policía de Itapúa fue beneficiada con la llegada de más agentes Linces, quienes se sumaron a las tareas de prevención por las calles y enfrentaron el desafío de ingresar a uno de los distritos más conflictivos del séptimo departamento, el municipio de Cambyreta.
Los Linces recibieron una vivienda en donde montaron su base de operaciones, en el barrio San Francisco de Cambyretá, en donde hasta la actualidad se encuentra la oficina de este grupo táctico.

Efectivos del Grupo Lince durante una exhibición
Primeros resultados de la acción de los Linces

A más de siete meses de la llegada de este grupo de élite, la cúpula policial presentó un balance de las intervenciones realizadas hasta julio de 2018. Según el comisario Arturo Enciso, jefe de los Linces en Encarnación, 37 personas fueron detenidas por poseer orden de captura por diversos hechos delictivos, 100 fueron detenidas por delitos varios, 23 por la tenencia de drogas ilícitas. Igualmente, se recuperaron 5 motocicletas robadas, 96 biciclos fueron incautados por no estar en reglas para su circulación y se procedió a la incautación de 3 automóviles, 9 armas de fuego. Llamativamente 7 personas quedaron detenidas cuando intentaban sobornar a los agentes.
Pero no todo fue aplauso para el grupo de operaciones tácticas, ya que la manera en que realizan sus controles en la vía pública no fue muy bien aceptada por un sector de la sociedad. Aparecieron varias quejas por parte de personas que afirmaron ser sometidos incluso a golpes por parte de los uniformados.
En agosto de este año se erradicó una denuncia ante el Ministerio Público de Encarnación, en contra de patrulleros del grupo lince por supuestamente obligar a un joven menor de edad a quitarse los aros que llevaba en sus orejas, bajo amenaza de llevarlo detenido. El hecho habría ocurrido en inmediaciones de la Terminal de Ómnibus y fue presentado como un caso de abuso de autoridad y violación de derechos humanos.
En julio de este año, igualmente, un estudiante identificado como Walter Morínigo expresó su indignación a través de las redes sociales por otro supuesto procedimiento irregular de parte de varios agentes del Grupo Lince. En su perfil de Facebook, el joven relató que al salir de estudiar de la casa de un compañero suyo y querer llegar a su vivienda, fue interceptado por los uniformados, quienes de forma violenta supuestamente le exigieron a que se tire al suelo en el empedrado, tratándolo prácticamente como delincuente. El hecho habría ocurrido luego de las 21:00, en el barrio Quiteria de Encarnación.
La situación generó la indignación no solo del estudiante afectado si no también de varias personas, quienes repudiaron el violento accionar de los efectivos. Ante dichas denuncias, el jefe de Los Lince, comisario Arturo Enciso, argumentó que en todo momento habían actuado de acuerdo con la Ley.


Apoyo mayoritario

En una encuesta realizada aleatoriamente en las calles de Encarnación, consultamos a los ciudadanos su opinión sobre la presencia de los uniformados y su forma de operar en la ciudad. La mayoría de los consultados respondió estar de acuerdo, asegurando que quienes se quejan de los procedimientos son las personas que no tienen sus documentos en regla o están metidas en hechos delictivos. Otros dijeron estar de acuerdo con la presencia de los mismos, pero que tienen que ser más amables con las personas “comunes”.
Actualmente son 26 los efectivos policiales que integran este grupo y están trabajando en Itapúa, especialmente en Encarnación y Cambyreta, cuentan con una patrullera y más de 10 motocicletas de altas cilindradas preparadas para reaccionar. Actualmente se prevé la llegada de más uniformados y equipamientos con el fin de hacer frente a la delincuencia en la Perla del Sur. Próximamente extenderán su campo de acción a otros distritos del interior de Itapúa.

Intervención del Grupo Lince en el interior de Itapúa.
Los Lince ante una nueva situación política

Aún con las críticas puntuales hacia su actuación, la creación de los Lince es considerada como uno de los puntos positivos del Gobierno del anterior presidente Horacio Cartes para enfrentar la inseguridad ciudadana.
Desde organizaciones de derechos humanos y sectores políticos principalmente de izquierda se cuestiona que la actuación de los mismos obedece a una modalidad represiva o de “mano dura”, más asociada con la manera en que actuaba la dictadura stronista. Se ha cuestionado que el hecho de que actúen con el rostro cubierto por capuchas o que no exhiban sus nombres en sus uniformes atenta contra el Código Procesal Penal y contra la propia Constituciòn.
Tras el cambio de gobierno, producido el pasado 15 de agosto, el nuevo ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, dispuso que los Linces se identifiquen con su portanombres y actúen sin capuchas, lo cual fue aplaudido por un sector y cuestionado por otro, asegurando que de ese modo se los expone a la revancha de los delincuentes. Los más críticos al gobierno de Mario Abdo Benítez suponen que existe una intención de destruir la creación del Grupo Lince.
Más allá de cuales sean los resultados en esta nueva etapa, no hay dudas de que la actuación de este grupo de élite no puede estar por encima de la Constitución. El desafío es que puedan cumplir a cabalidad su labor, sin violar la ley y respetando los derechos humanos.

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Lucas Toledo es estudiante del tercer año de Ciencias de la Comunicación con énfasis en Periodismo, de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Católica de Encarnación. Es reportero especializado en cobertura policial del canal SUR TV en Encarnación y corresponsal del Sistema Nacional de Televisión (SNT). En sus ratos libres le justa jugar al fútbol y leer.



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