lunes, 5 de septiembre de 2016

Sextorsión: El peligro acecha en tu teléfono celular


Algo que a veces se presenta como una posible conquista amorosa a través de un mensaje en las redes sociales, que llega a través del teléfono celular, puede convertirse fácilmente en una pesadilla, al descubrir que del otro lado no está la chica linda que uno pensaba, sino un experto extorsionador. Aquí les explicamos en qué consiste la “sextorsión” y cómo evitarla.


Por Jorge Julián Cortessi

El teléfono celular es literalmente una extensión del cuerpo humano. Su gran utilidad trae consigo la conexión al mundo a través de Internet, que a la par de ser beneficiosa también representa un gran peligro,  en muchos casos por desconocimiento o exceso de confianza, o por la vulnerabilidad del hombre ante el sexo.
Así surge lo que muchos denominan como “la sextorsión”. Una problemática social que va en aumento en el país y ante la cual  la ciudad de Encarnación no es la excepción.
El término “sextorsión” fue utilizado por primera vez en la prensa escrita en 1950, en California, Estados Unidos.
Este neologismo tiene su origen en el inglés sextortion, una forma de explotación sexual, en la cual se chantajea a una persona por medio de una imagen de sí misma desnuda, compartida a través de Internet mediante el sexting.
El modo en que actúan los extorsionadores es utilizando como fuente de primer contacto las redes sociales en Internet, en su mayoría desde perfiles falsos, con fotografías de mujeres voluptuosas, con datos de que siempre cumplen labores supuestamente relacionadas a salones de belleza, masajes o dueñas de tiendas.
Una vez aceptada la solicitud para entrar en contacto, empieza el intercambio de mensajes, la consulta sobre la edad y comentarios como “ya eres grande, seguro te gusta el sexo”. Una aprobación da lugar al pedido de una cuenta de Skype (servicio de comunicación de video llamadas), para iniciar un contacto más directo. 

La debilidad del hombre ante la tentación

Una vez ganada la confianza de la víctima ante la tentadora imagen que aparece en pantalla, donde se observa a una joven con poca ropa, viene el ofrecimiento de mostrar más, a cambio de que la persona potencial victima también muestre sus partes íntimas.
De acuerdo con el tenor del intercambio de imágenes, la supuesta joven en cuestión pide más, mostrando cada vez mas también, con un desnudo total, utilizando objetos sexuales, dándose prácticamente una relación sexual virtual.
La víctima, en desconocimiento de que el acto está siendo grabado  para fines no muy amigables, accede y se logra el objetivo principal: la captura de las imágenes en video de ese momento íntimo.

La parte mala de la historia

Con el objetivo logrado, el de captar las imágenes sugerentes, la víctima empieza a ser coaccionada, chantajeada con la amenaza de que el video será publicado en las redes sociales, o enviado en forma de mensaje a familiares del afectado. Para entonces, el o la administradora del perfil falso ya ha logrado ser amigo virtual de muchos de los amigos de la víctima.
Con la desesperación de la víctima, por el gran perjuicio que esto pueda significar para su vida personal familiar y social, se le exigen depósitos de importante cantidad de dineros a una cuenta bancaria, con montos que oscilan entre 4.000 o hasta 20.000 dólares.
En Ciudad del Este se dio un caso en que la víctima recibió la visita del extorsionador, que le exigió la suma de 4.500 dólares.
Otro método muy común consiste en ganar la confianza de la víctima y lograr el intercambio de fotografías. En estos casos, el fin no siempre es la extorsión económica, sino exigir mantener relaciones sexuales con el/la chantajista o la persona que la misma elija, o producir  materiales con contenidos pornográficos u otras acciones.
Es decir, el peligro que acecha desde la red de Internet no tiene que ver necesariamente con la extorsión, que en castellano se suele usar únicamente para chantajes de carácter económico, pero al calcarse del inglés ha permanecido el término extorsión, por su fácil fusión con sex, y así se ha comenzado a utilizar por los medios de comunicación.

¿Por qué operan a través de Internet? 

El chantaje se suele realizar por este medio, porque asegura un cierto grado de anonimato al criminal.
Sergio Polhmann, ingeniero informático, manifiesta de que por más que hoy ya nada se mantiene totalmente anónimo en la red, no siempre se puede lograr dar con los responsables.
Por ejemplo, en el caso de víctimas en Encarnación, todas tuvieron contacto con terminales de Internet en Francia y España, desde donde se hizo el contacto con las víctimas.
Realizar el rastreo del pago efectuado se vio complicado, debido a que se solicitó el pago con el uso del Bitcoin, moneda virtual o digital, que sirve para intercambiar bienes y servicios.
A diferencia de otras monedas, el Bitcoin es una divisa electrónica que presenta novedosas características y destaca por su eficiencia, seguridad y facilidad de intercambio. Su mayor diferencia frente al resto de monedas es que se trata de una moneda descentralizada, por lo que nadie la controla. No tiene un emisor central, como los dólares o los euros, y es casi imposible su rastreo.

Las motivaciones de las víctimas

Jorge Méndez, experto en comportamiento humano, explica por qué una persona, un chico, un adolescente, tienen adhesión o se dejan hipnotizar por el sexo.
“Así como lo sostenía Freud en su época, el sexo es sumamente tentador. Cumple el mismo ciclo del sistema de recompensa a nivel neuronal, así como la comida o el alcohol que provocan un estímulo del SNC (Sistema Nervioso Central), que es denominado: placer. Entonces el sexo se gatilla por un lado desde el factor biológico y por otro, a través de un factor social, que genera curiosidad, donde se relaciona a lo prohibido, a lo que no se puede, al pudor. Traspasar esa línea, mirar, hacer o contar lo prohibido es una transgresión y rebeldía natural adolescente”, refiere.
El profesional indica que “en estos chicos, luego de la exposición, aparece la vergüenza y de ahí a la ridiculez, la baja estima y la humillación es un paso en caída libre. Por eso hay tantos suicidios juveniles (aumentó un 80% en los últimos 10 años en jóvenes entre 12 y 17 años, datos de la OMS). Los chicos usan la autoeliminación como una vía de escape y perfora a toda la comunidad”.

Las víctimas de sextorsión pueden ser:

-Menores de edad o a adultos.
-Por medio de imágenes obtenidas mediante webcam, email, mensajería instantánea, teléfonos u otros dispositivos móviles: es decir, por todos los medios que sirven para realizar sexting.
-Por medio de imágenes obtenidas en el contexto de una relación sentimental.
-Con objeto de un abuso sexual, una explotación pornográfica para uso privado, para redes pedófilas o comercial, una extorsión económica o cualquier otro tipo de coacción.
-Puntual o continuada.
-Realizada por conocidos, ex-amantes o personas desconocidas.
Las consecuencias de la sextorsión más inmediatas son de tipo psicológico: ansiedad, desasosiego, inquietud, pánico, humillación, aislamiento, depresión, falta de autoestima; pero pueden llegar a ser fatales.

A quién recurrir

Hoy se dispone de una Oficina de Delitos Informáticos en la sede de la Fiscalía.
Protección Online recibe denuncias, pero no las puede procesar ni investigar caso por caso.
Para recurrir a la Unidad Especializada de Delitos Informáticos, el número de contacto es el (021) 494-657.
También la Unidad Especializada en Trata de Personas y Explotación Sexual en Niños, Niñas y Adolescentes, teléfono: (021) 205-851.
Igualmente, hay un servicio de Fono Ayuda, que se habilitó en forma gratuita para asesoría y cualquier tipo de denuncias relacionadas a menores de edad.
Se puede llamar al número 147 desde cualquier telefonía celular o línea baja.

Recomendaciones para no ser victimas

Una alternativa es no generar imágenes de contenido sexual, ya que esta información también puede ser viralizada luego de la pérdida de un teléfono móvil, entendiendo que la protección de un celular se puede vulnerar fácilmente.
De la misma forma, aseguran que es importante no descargar archivos desconocidos o enlaces, porque al hacerlo se descarga un software que permite que el pirata acceda a todo el contenido del usuario.
Otras recomendaciones son las siguientes:
-No aceptar solicitudes de amistad de personas extrañas,
-No aceptar solicitudes de amistad de personas extranjeras (desconocidas),
-No compartir ningún tipo de imagen de contenido sexual con nadie,
-No aceptar enlaces de programas o aplicaciones de extraños, ya que puede ser una puerta para un posible hackeo.

El especialista recomienda que en el caso de que la extorsión ya se haya presentado, la víctima no debe acceder a más chantajes porque el agresor buscará generar más materiales para que la extorsión sea mayor, hasta llegar en muchos casos a solicitudes de grandes cifras de dinero para "no publicar" la información.
Además, se debe recurrir rápidamente a una contención sicológica, una asistencia profesional para enfrentar y sobrellevar la situación para el afectado, el mismo que generalmente no cuenta nada hasta que su video o fotografía haya sido publicada.
El abogado Javier Rojas, del Departamento de Delitos Informáticos de la Fiscalía, destaca que una de las principales razones del porque no se cuenta con estadísticas con los hechos ya ocurridos a nivel local o nacional es porque las víctimas no realizan las denuncias, o si está en condiciones prefieren pagar el importe solicitado, permitiendo así que este tipo de delincuencia siga siendo una amenaza virtual para todos.

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Jorge Julián Cortessi es un destacado profesional de la radio y televisión, también alumno de Ciencias de la Comunicación, tratando de terminar la carrera, dentro del tiempo que le dejan sus múltiples oficios. Cuando se lo propone, es un sagaz periodista investigador que no teme abordar temas polémicos. También le gusta organizar asados con sus amigos, cantar con la guitarra y promocionar los exquisitos licores artesanales de su Yegros natal.